Hoy en el ómnibus me hice dos amigos. Fui la primera en subirme (me lo tomé casi en la terminal), me senté al fondo como siempre y cuando saqué mis headphones para escuchar alguna random music de mi celular, veo que ya llegamos al Pta Carretas Shopping. Ahí suben dos, tres personas, y en un momento un niño viene correteando con sonrisa pícara hacia donde estaba yo. Murmuraba algo del boleto y del guarda. "Me metí atrás de esa mujer y no me vio", me dijo, y yo le sonreí. Tenía una hamburguesa a medio comer, y obviamente (con mi apetito activo al 100%) le pregunté que tal estaba. Me respondió que no era suya, sino de su hermana; que él ya se había llenado y que se la dejó para ella. Minutos más tarde sube la hermana. Tímida y callada, con la mirada hacia el piso, se sienta a su lado, y comienzan a hablar entre ellos. "Cuánto pagaste?" le pregunta el nene de no más de 6 años. "Un solo boleto".
Siguieron conversando, hasta que sin dudarlo me acerqué al asiento de al lado de ellos y les di charla a lo bobo. Les pregunté los nombres y dónde se bajaban, solo por curiosidad. Me dijeron Alejandro y Estefani, y que se bajan en Mdeo. Shopping. A ella le dije algo haciendo referencia a su hamburguesa (a la que deboraba con ansiedad y demasiada rapidez), y ella me respondió entre mordisco y mordisco: "Me la regaló un señor". Alejandro enseguida se metió en la conversación para explicarme como había sido todo: "Yo le iba a ir a pedir al señor, entonces él me dijo que nos compraba unas hamburguesas." Seguimos hablando un poco más sobre eso, y yo les dije algo como "está bueno que hagan eso, porque hay otras personas que dan plata y los niños las gastan en otras cosas". El nene solito dijo: "Si, se compran cigarros o otras cosas". WOW! No más de 6 años, lo juro. Les pregunté si iban a la escuela, y me dijeron que sí; van a la 178 (o algo así) de Casavalle, en el Borro (Borro = barrio super carenciado de Mdeo.). Estefani me contó que ni el lunes ni el martes tienen clase, y esto se debe al feriado y a una fiesta que su escuela hace.
La charla siguió hasta que su parada estaba casi cerca. Solitos se acercaron a la puerta para descender, y mientras esperaban, Ale me preguntó que tenía en mi bolsa. "Tengo una vela, y la uso para rezar con mis amigos. Hoy me toca a mi llevarmela a mi casa, pero siempre nos turnamos". Nada les afectó haber escuchado eso, y cambiaron de tema casi sin pensarlo. Ale antes de bajar me dio un beso super tierno, y Estefani mientras bajaba me miró y solo dijo "Chau...". Creo que hasta escuché un tono de desilusión en ese tan común despido.
Bajaron, sonreí y me puse mis headphones de nuevo. Mire hacia la ventana, y ahí estaba Ale parado, mirandome fijo y saludándo, con la sonrisa más tierna e inocente que pude haber visto en mi vida.
Siguieron conversando, hasta que sin dudarlo me acerqué al asiento de al lado de ellos y les di charla a lo bobo. Les pregunté los nombres y dónde se bajaban, solo por curiosidad. Me dijeron Alejandro y Estefani, y que se bajan en Mdeo. Shopping. A ella le dije algo haciendo referencia a su hamburguesa (a la que deboraba con ansiedad y demasiada rapidez), y ella me respondió entre mordisco y mordisco: "Me la regaló un señor". Alejandro enseguida se metió en la conversación para explicarme como había sido todo: "Yo le iba a ir a pedir al señor, entonces él me dijo que nos compraba unas hamburguesas." Seguimos hablando un poco más sobre eso, y yo les dije algo como "está bueno que hagan eso, porque hay otras personas que dan plata y los niños las gastan en otras cosas". El nene solito dijo: "Si, se compran cigarros o otras cosas". WOW! No más de 6 años, lo juro. Les pregunté si iban a la escuela, y me dijeron que sí; van a la 178 (o algo así) de Casavalle, en el Borro (Borro = barrio super carenciado de Mdeo.). Estefani me contó que ni el lunes ni el martes tienen clase, y esto se debe al feriado y a una fiesta que su escuela hace.
La charla siguió hasta que su parada estaba casi cerca. Solitos se acercaron a la puerta para descender, y mientras esperaban, Ale me preguntó que tenía en mi bolsa. "Tengo una vela, y la uso para rezar con mis amigos. Hoy me toca a mi llevarmela a mi casa, pero siempre nos turnamos". Nada les afectó haber escuchado eso, y cambiaron de tema casi sin pensarlo. Ale antes de bajar me dio un beso super tierno, y Estefani mientras bajaba me miró y solo dijo "Chau...". Creo que hasta escuché un tono de desilusión en ese tan común despido.
Bajaron, sonreí y me puse mis headphones de nuevo. Mire hacia la ventana, y ahí estaba Ale parado, mirandome fijo y saludándo, con la sonrisa más tierna e inocente que pude haber visto en mi vida.