Venías caminando y a mi me temblaba el mundo. Como aquel día, en aquel murito, cuando yo salí a las 6 y vos estabas ahí esperandome. Hoy me tocó a mi esperarte, y sentí casi lo mismo que la otra vez. Llegaste, me saludaste, y me preguntaste por mi campera. Yo me dedique a mirarte.
Sabés que los hombres de traje me pueden, pero nunca pensé que ESE traje te quedara tan bien, y combinara tanto con tu perfecta anatomía.
O mis ojos habían estado funcionando mal, o nunca antes había notado lo lindo que es.
Cuanto más lo miraba, más me convencia de una cosa: estoy enamorada completa y estúpidamente de él.
Me di cuenta que ese es el hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida. Es con quién quiero compartir todo. Mis hijos, quiero que sean con él, porque su genética es perfecta y combinándola con mi ADN hacemos un buen par. Pero eso no es todo. También quiero pelear, quiero drama, quiero emoción. No quiero un cuentito de hadas en el que somos felices 24/7. Ese drama, esas idas y vueltas, eso es lo que me hace volver a vos, una y otra vez, para siempre.
Este texto ya tiene unos meses, y creo que no lo publiqué en su momento porque era demasiado obvio el suceso y no quería parecer tan cursi. Pido disculpas por el exceso de términos que demuestran cursileria y cosas asi. Cheesy one, I know. 29/11/09,