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Se que arruiné todo. Como siempre lo hago. Lo mas lindo que tengo, los mejores momentos que vivo, los arruino. Soy egoísta y quiero todo a mi modo. Y eso afecta a los demás, a los que más quiero en este mundo. Hoy arrunié nuestro día, con mi mal humor por no haber ido a Colonia, y por el final que no salio como lo planeamos toda la tarde. Pero a pesar de eso vos no me puteaste. Seguiste diciendome que me amabas, y que querías venir conmigo. Me abrazaste bien fuerte, y yo ahí, inmóvil, con mis lágrimas patéticas y orgullosas. Te admiro. Admiro a esa gente. Te admiro a vos por quererme de la forma que lo hacés, incondicionalmente. Admiro esa forma que tenes de decir las cosas, sos tan predecible. Pero me encanta. Antes de que hables se casi con palabras exactas lo que vas a decir. Pero igual me gusta escucharte, escuchar eso que me decís, y tratar de grabármelo, y aplicarlo. Pero no puedo. Y es momento de que me de cuenta que todo esto lo causo yo, y no él. Ese pasado tan inevitable que me sigue todos los días, en todo momento.
No me queda otra que borrar eso, levantar la mirada y seguir. Tengo que darme cuenta quién soy, y no culpar los malditos genes de ADN, que si bien influyen, todos somos únicos y diferentes.
Necesito aprender a saber quien soy. Necesito que estes en mi vida para siempre. Porque con vos yo se que puedo, cuando quiera que sea, llegar a ser quién soy en realidad.

Por eso, por bancarme, por escucharme, y por enseñarme todo lo que se hasta ahora
GRACIAS.

Te amo.