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Los enfrentamientos están siempre, quiéramos o no, en la vida hay que elegir. Pero ¿siempre se trata de dos bandos?, ¿Es siempre uno el bueno y otro el malo?. No todo tiene que ser divisiones, ¿no?. En algun momento de la vida, uno tiene que elegir. No puede tenerlo todo. Porque sino, te terminás quedando solo. Y es ahí cuando las divisiones comienzan, y traen consigo un ejército de ataques difíciles de detener. La cosa es ¿Qué hacer frente a un ataque?. Si a un ataque respondemos con otro ataque, lo único que vamos a lograr, será un nuevo ataque. Claro que a veces nos atacan tanto, que el deseo de venganza es muy fuerte, parece el camino mas fácil, ¿no?. Deponer las armas y confiar en que la vida va a hacer justicia es difícil, pero a la larga es lo mejor. Dicen que la venganza es el placer de los Dioses, pero, para nosotros, simples mortales, la venganza solo trae destrucción, nada más. A veces, por miedo a esos desastres, a esa destrucción que nos debilita en todo sentido, nos protegemos con un escudo, algo con que defendernos cuando nos sentimos amenazados. Y a veces somos el escudo de otro, somos cómplices de alguien equivocado, lo escudamos para "protegerlo" de los ataques. Otras veces nos escudamos tanto que terminamos presos de nuestra propia coraza, solos, detrás de nuestro propio escudo, olvidando el porqué de nuestros actos. Y muchas veces estamos desarmados, sin corazas ni escudos, y nos sentimos muy vulnerables a lo que nos rodea, debilitados por los ataques fruto de venganzas. La mayoría de las veces necesitamos sacarnos esos escudos con los que nos protegemos, dar la cara. Desarmarnos, tirarnos al agua, sin salvavidas, dándonos a conocer tal cual somos, casi sin acordarnos porque elegimos estar de ese lado, cuál fue el miedo que nos hizo elegir. Frente a situaciones así, necesitás ser escuchado, entendido. No basta solo con pensar que vos, y tu otro yo están de acuerdo, y por ende, todos lo están (o deberían). Es en esta parte de la historia, cuando entran esas personas protagónicamente importantes para tu vida. Los amigos. Cuando alguien es tu amigo de verdad, no importa que tan escondido estés, que tanto miedo tengas. Esa persona es la que te va a ayudar a resolverte, resolver esos enigmas que no vos entendés. Porque tus problemas son sus problemas, si vos sufris tu amigo también sufre, si vos necesitas ayuda, ellos son los que están. Cuando alguien te decepciona, están ahí para mostrarte que no todo el mundo es así. La decepción es una de las cosas que más nos lastiman. ¿En quién podemos confiar?. Nos preocupamos mucho por no fallarle a los demás, por no defraudar su confianza. No defraudar y que no nos defrauden los demás ¿es eso lo único que importa?. Uno no quiere fallar a la gente que ama, ni que ellos te fallen ¿no?. Un amigo no te deja en banda así porque sí, no te falla. No especula si le conviene estar o no con vos, un amigo está, está y siempre al pie del cañon. Podes ir y venir, podes pelearte una y mil veces con quien sea, pero la amistad va más allá de eso. Es como un lazo transparente que te une de por vida.

floppa.-